El sistema de escape puede tener 1 o 2 sensores de oxígeno, el principal se encuentra a la entrada el catalizador y monitorea los gases que salen del motor. El segundo (si es que el sistema cuenta con uno) se ubica a la salida del catalizador y sirve para monitorear su desempeño. Recordemos que si el catalizador funciona mal, se estarían emitiendo gases altamente contaminantes a la atmósfera. El sensor de oxígeno usualmente comienza a fallar entre los 90.000 y los 140.000 kms, momento en que debe ser reemplazado. Si no está con problemas te recomendamos que no lo reemplaces. Ten en cuenta que no es un elemento clave con períodos estandarizados de mantenimiento, aunque ayuda a mantener un funcionamiento eficiente de tu Fit reduciendo las emisiones y a prolongar la vida útil del motor. Es común que el sensor de oxígeno falle por acumulación de suciedad dada por el uso de combustibles incorrectos o de baja calidad. Muchas veces solo basta con limpiarlo para que vuelva a sus funciones.
Los síntomas comunes de falla del sensor de oxígeno son una marcha mínima inestable, un mal rendimiento de consumo de combustible y el encendido de la luz de check engine (que es la luz que ves a continuación).